lunes, 21 de febrero de 2011

Hibris increíble.


Los catastrofistas no se vuelven populares, pero si son ministros de Dios, ellos deben de decir la verdad. Hoy en día algunas personas piensan que esos ministros no deberían de preocuparse por la política o la economía. Pero ¿qué hacer si la política se ha convertido en una religión substituta, necesariamente una religión falsa, al poner el hombre en el lugar de Dios? ¿O si la economía (o las finanzas) están a punto de ocasionarles hambre a muchas personas? ¿O es acaso que los ministros de Dios no tienen permitido preguntar, como Aristóteles, cómo es que la gente va a tener una vida virtuosa si ni siquiera tienen satisfechas sus necesidades básicas? ¿No es entonces de importancia para los ministros de Dios el que la gente tenga una vida virtuosa?
Por lo tanto no me disculpo por citar un extraordinario párrafo de un reportero del prestigioso Wall Street Journal quien relata cómo en el verano del 2006, un asesor ejecutivo del entonces Presidente Bush le reprochó por escribir un artículo criticando una antigua directora de comunicaciones de la Casa Blanca. Dice que en aquel entonces el no comprendía por completo lo que el asesor le decía, pero tiempo después se dio cuenta que iba directamente al corazón de la presidencia de Bush. Enseguida las mismas palabras del asesor, como las citó el reportero:

La gente así como el reportero, le dijo el asesor, forman parte de lo que llamamos la comunidad basada en la realidad, refiriéndonos a la gente que cree, como Ud., que las soluciones emergen del estudio juicioso de la realidad tal como se discierne. “El reportero debe de olvidarse de los viejos principios que proponen respetar la realidad. Ya no es esa la manera en que funciona en mundo. Ahora somos un imperio y cuando actuamos, creamos nuestra propia realidad -con tanto juicio como se quiere- entonces actuaremos de nuevo creando otras nuevas realidades, que también podrá estudiar, y así es como las cosas se resolverán. Somos actores en la historia... y usted, todos ustedes, no tendrán más que estudiar lo que nosotros hacemos”. (Refiérase al sitio  www.321gold.com, Feb 2, “Somos Víctimas de un Golpe de Estado Financiero”, por Catherine Fitts.)

Aquí no soy yo el que moraliza acerca de cómo el mundo moderno vive de la fantasía. Esta es una persona con un alto rango y con acceso a información privilegiada del interior de Washington, jactándose positivamente acerca de cómo el mundo moderno vive de la fantasía. ¿Acaso sus palabras no corresponden exactamente a las fabricaciones, por ejemplo, del 9/11 y de las “armas masivas de destrucción” de Saddam Hussein, “creadas” para justificar políticas que de otra manera serían imposible justificar? La arrogancia mostrada por este desprecio de la realidad como de aquellas personas que respetan esta realidad, lo deja a uno pasmado.
Los Griegos de la era clásica eran paganos sin conocimiento del Dios revelado, pero tenían un entendimiento claro de aquella realidad que es la estructura moral de su universo gobernado, como ellos lo percibían, por los dioses. Cualquier hombre, aún un héroe, que desafiaba esa estructura, como el asesor de Bush, era culpable de "hibris" o de levantarse por encima de su propia condición humana, y sería aplastado como correspondía por los dioses.
Católicos, si piensan que la gracia elimina la naturaleza, más les valdría volver a aprender de los paganos de los viejos tiempos aquellas lecciones de la naturaleza que son necesarias hoy en día más que nunca antes. Vea a Jerjes en Los Persasde Esquilo, a Creonte en la Antígona  de Sófocles, a Penteo en Las Bacantes de Eurípides. ¡Ciertamente recen el Santo Rosario, pero también lean los famosos autores clásicos, planten papas y disminuyan sus deudas, ese es mi consejo!

Kyrie eleison.

Mons. Richard Williamson, “Comentarios Eleison”, N° 188, 19 de Febrero de 2011.