miércoles, 16 de enero de 2013

Liturgia sacrílega en la catedral de Liverpool.



La extraña estructura de la Catedral y su colorida iluminación a lo espectáculo televisivo.



El 6 de Enero pasado, las reliquias de San Juan Bosco llegaron a la Catedral de Liverpool. Allí Mons. Tom Williams, obispo auxiliar de la diócesis en “plena comunión”, celebró una Misa para recibir los venerables restos. ¡Pobre San Juan Bosco!

  


El relativismo en el cual fueron amasadas las nuevas rúbricas del Novus Ordo Missæ (Nuevo Orden de la Misa), el rito que hoy se reza en la mayoría de las Iglesias (en la Catedral de Liverpool también), dio sus frutos… y podemos apreciarlos hoy día con estos actos litúrgicos directamente sacrílegos, de tono burlesco y absolutamente alejados de la fe católica.


Los bailarines haciendo su coreografía


Esto nos lleva a reflexionar. Son famosas las palabras del Cardenal Ottaviani, prefecto para el Santo Oficio (lo que hoy sería la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, digamos, el “guardián de la fe”), cuando afirmaba rotundamente junto al Cardenal Bacci que el nuevo rito de la Misa “se aleja de modo impresionante, tanto en conjunto como en detalle, de la teología católica de la Santa Misa tal como fue formulada por la 20ª sesión del Concilio de Trento que, al fijar definitivamente los «cánones» del rito, levantó una barrera infranqueable contra toda herejía que pudiera atentar a la integridad del Misterio”. Y que no hay “razones pastorales atribuidas para justificar una ruptura tan grave” (Cfr. “Breve examen crítico del Novus Ordo Missæ”), vemos que tenían toda la razón. Ese alejamiento, esa ruptura era grave y no había excusas de orden pastoral para realizarla. ¡Era el Espíritu Santo –por medio del Cardenal- el que le advertía a Pablo VI que debía detener la reforma litúrgica! Pablo VI desoyó las advertencias y siguió en curso con la reforma.

La ruptura se fue extendiendo y el nuevo misal afianzando de modo que, con el transcurso del tiempo y los principios modernistas en el espíritu de las rúbricas litúrgicas, la “creatividad” de los nuevos celebrantes de la misa, se fue desviando cada vez más.

Si los principios son malos, es muy difícil intentar sostener el edificio de la nueva liturgia en orden, por más que el Cardenal Ratzinger, en un intento de salvarla, haya afirmado: “ahí donde el aplauso irrumpe en la Liturgia como un logro humano, se está frente a un signo seguro de que se ha perdido del todo la esencia de la liturgia, la cual ha sido sustituida por una especie de entretenimiento con fondo religioso”, frase que aparece al final del video que publicamos. Lo vemos a diario en el abanico de diferentes liturgias de todo tipo, parroquia por parroquia, cada una con su libreto y su estilo, con o sin aplausos, es la “humanización” de la liturgia.


La Catedral cuidadosamente iluminada para el “show”.


Esta es la Iglesia modernista que tiene su propia liturgia relativista, alejada completamente de la teología del Sacrificio expiatorio de la Cruz, que ha convertido a la misa en un “show” digno de un programa te televisión. La contemplación, la piedad, ya no son cosas en desuso para los nuevos clérigos de la neo-Iglesia. La cuestión es divertir a la “audiencia”, mientras tanto, la “audiencia” ha perdido completamente la fe en el Santo Sacrificio.


El cuerpo de San Juan Bosco en medio del desbarajuste


¡San Juan Bosco, ruega por nosotros!